En México un tema que ha cobrado importancia para la política pública nacional es el de la discapacidad humana. El Xll Censo General de Población y Vivienda, 2000, incluyó dos variables para conocer el monto de población discapacitada, el tipo de discapacidad y el origen o causa de la misma. Los resultados señalan que dos de cada 100 mexicanos tienen alguna discapacidad, y son los adultos mayores los que registran las proporciones más altas de discapacidad del 13.9% [2].
A nivel nacional 44.9 % de las discapacidades son motrices, 28.6 % visuales, 16.5 % auditivas, 14.6 % mentales y 4.5 del lenguaje; en relación a la causa que las originó, de cada 100 discapacidades 32 fueron por enfermedad, 23 por vejez, 19 desde el nacimiento, 18 por accidente y dos por otra causa [2].El 80% de las lesiones en médula espinal se presenta en personas menores de 40 años con una edad media de 23 años. El 36% es causado por accidente de tránsito, 35% por accidente de trabajo y 29% por accidentes domésticos y deportivos [3].
Un paciente con discapacidad motriz y en particular el portador de una lesión medular se verá afectado con parálisis de diferentes niveles y grados de extensión, pérdida de la sensibilidad, disfunción sexual, de la vejiga, además de las consecuencias psíquicas, sociales y económicas que conlleva dicha condición de discapacidad [1]. Una lesión de la médula espinal puede ocurrir debido a un daño o a una enfermedad de la columna vertebral o la médula espinal.En la mayoría de las lesiones de la médula espinal, los huesos de la espalda o vértebras oprimen la médula espinal. La médula espinal puede inflamarse. La lesión en realidad puede desgarrar el cordón espinal y/o sus fibras nerviosas. Una enfermedad o infección puede causar resultados similares [3].
Después de una lesión en la médula espinal, todos los nervios por arriba del nivel de la lesión continúan funcionando normalmente. Por abajo del nivel de la lesión, los nervios de la médula espinal no pueden enviar mensajes entre el cerebro y las diferentes partes del cuerpo tal y como funcionaban antes de la lesión[17].
Cada lesión de la médula espinal es diferente. La lesión en una persona es descrita por su nivel y por su tipo. Entre los lesionados medulares también podemos encontrar otros tipos de parálisis, dependiendo del grado de afectación medular[6].
Actualmente ningún aparato ofrece tantas ventajas como la silla de ruedas como soporte de desplazamiento de los pacientes con lesión medular, cada día se buscan alternativas que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes lesionados; un ejemplo son los verticalizadores, parapodios y exoesqueletos, que brindan un desplazamiento más cercano al proceso de la marcha humana, así como una libertad de movimientos autónomos por parte de los pacientes.
El Trabajo Terminal aquí propuesto busca ser una alternativa más a las opciones de desplazamiento de los lesionados medulares, tales como sillas de ruedas, usando un mecanismo electromecánico que permita para el paciente un desplazamiento automatizado.
Nuestro mecanismo está diseñado para posicionar al paciente, a partir de una posición sentada, a una posición de semiflexión de las rodillas, a partir de ésta se inicie un desplazamiento automático por parte del mecanismo, que es un tripié en equilibrio permanente activado por motores en sincronía para el desplazamiento del paciente.La presente propuesta hace referencia primordialmente a la percepción de la discapacidad como fenómeno social que interesa desde diversas perspectivas a los diferentes sectores de la vida comunitaria, sean de la administración pública (salud, educación, empleo), de instituciones privadas o de organizaciones no gubernamentales. Cada uno de los sectores y organizaciones sociales percibe ahora la importancia al tema y reconoce las necesidades de desplazamiento e independencia de los lesionados medulares[2].
Para el diseño del dispositivo biomecánico, proponemos, un sistema electromecánico que esté acoplado al cuerpo sujetado a la cintura y miembros inferiores del sujeto, el mecanismo incluye 2 motores, que transmitirán el movimiento a la zona femoral, que a su vez activarán los motores en la zona de las rodillas para elevar e impulsar hacia delante la extremidad inferior, donde el paciente podrá controlar su desplazamiento.
Para diseñar la estructura se emplearon las medidas y condiciones antropométricas, dependiendo de las medidas físicas del cuerpo humano para determinar diferencias en individuos y grupos obteniendo una variedad amplia de dimensiones físicas requeridas para describir y distinguir las características de la talla promedio para el individuo mexicano que es de 1.65-1.70 m [2]..